El Señor aborrece al arrogante. De algo puedes estar seguro: los malvados no se quedarán sin castigo.
Derriba a los soberbios con tu mirada; pisotea a los malvados allí donde están.
“No debes usar mal el nombre del Señor tu Dios, porque el Señor no perdonará a nadie que use su nombre de forma incorrecta.
De algo puedes estar seguro: los malvados no se quedaran sin castigo, pero los justos serán salvos.
El Señor tiene un propósito con todo lo que hace, incluso al malvado para el día de tribulación.
Hay perdón de pecados por medio del amor fiel y la lealtad; honrando al Señor serás librado del mal.
Lo mismo ocurre con todo el que duerme con la esposa de otro hombre. Ningún hombre que la toque quedará sin castigo.
Honrar al Señor significa aborrecer el mal. Por ello aborrezco el orgullo y la arrogancia, la conducta malvada y el decir mentiras.
Los que miran con arrogancia serán abatidos; los soberbios serán humillados. En ese día sólo el Señor será exaltado.
El Señor ha reservado un día en el que se ocupará de los orgullosos y arrogantes. Acabará con toda la altivez, y los derribará.
Pero a los malvados les llega la tragedia, porque se hará con ellos lo mismo que hicieron.
Escuchen y presten atención. No seas arrogante, porque el Señor ha hablado.
Pero Dios nos da todavía más gracia, como dice la Escritura: “Dios está en contra de los arrogantes, pero da gracia a los humildes”.