Todo lo que Dios hace está bellamente programado, y aunque también ha puesto la idea de la eternidad en nuestras mentes, no podemos entender completamente lo que Dios hace de principio a fin.
Es como si Dios, queriendo demostrar su oposición al pecado y para revelar su poder, soportara con paciencia estas “vasijas destinadas a la destrucción”,
es “La piedra que hace tropezar y los hace caer”. La gente tropieza con este mensaje porque se niegan a aceptarlo, lo cual es completamente predecible en cuanto a ellos.
Pues con avaricia los explotarán a ustedes con historias falsas. Sin embargo, ellos ya están condenados: su sentencia ha estado colgando de sus cuerpos hace mucho tiempo, y su destrucción no tardará.
Como pueden ver, el Señor puede rescatar de las dificultades a quienes lo respetan, y puede mantener a los malvados hasta el día del juicio, cuando complete su castigo.