Aquellos que hablan con la verdad agradan a los reyes. Ellos aman a quienes hablan con rectitud.
El siervo que actúa con sabiduría es estimado por el rey; pero el rey se enojará con el siervo que actúa vergonzosamente.
Que el rey actúe con maldad es terrible, pues su trono le ha sido dado por hacer lo recto.
Un rey enojado puede enviarte a la muerte. Si eres sabio, procurarás apaciguar su ira.
Todo el que estima la sinceridad y habla con cortesía, tendrá al rey como amigo.