La necedad alegra a los tontos, pero los prudentes hacen lo recto.
Dijo a los hombres: ‘Reverenciar al Señor es la sabiduría, y apartarse del mal es el entendimiento’”.
El principio de la sabiduría es honrar al Señor. Los que siguen sus mandamientos les va bien. ¡Su alabanza permanece para siempre!
Los tontos creen que hacer el mal es divertido, pero los sabios entienden lo que es recto.
Los que denigran a su prójimo no tienen inteligencia; pero los sensatos guardan silencio.
Los sabios son cuidadosos y evitan el mal, pero los necios andan confiados en su imprudencia.
Los prudentes usan su sabiduría para decidir hacia donde van; pero la estupidez de los necios traicionera.
Los necios se burlan del pecado, pero los justos anhelan el perdón.
Los planes se caen sin el buen consejo, pero hay éxito donde hay muchos consejeros.
Enfócate en lo que está delante de ti, mira lo que tienes adelante.
Pon tu atención en el camino que te has propuesto, y estarás seguro donde vayas.
Así que tengan cuidado en cuanto a su forma de vivir, no con necedad, sino con sabiduría,
¿Quién entre ustedes tiene sabiduría y entendimiento? Pues permita que su buen vivir demuestre lo que hace, actuando rectamente, con sabia bondad y consideración.