y dijo: ‘¡Alabado sea el Señor, el Dios de Israel! Hoy me ha proporcionado un sucesor para que se siente en mi trono, y he tenido el privilegio de verlo’”.
Así que no lo dejes impune. Tú eres un hombre sabio y sabes lo que tienes que hacer con él: enviarlo a la tumba con sangre en su cabeza llena de canas”.
Cuando Hiram escuchó el mensaje de Salomón, se alegró mucho y dijo: “¡Alabado sea hoy el Señor, porque le ha dado a David un hijo sabio para dirigir esta gran nación!”