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Referencias Cruzadas

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Proverbios 14:32

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Los malvados son derribados por sus propias acciones, pero los que viven en rectitud están confiados hasta la muerte.

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29 Referencias Cruzadas  

“Confío en ti para que me salves, Señor.

Aunque me mate, esperaré en él. Todavía seguiré defendiendo mis caminos ante él.

Son arrojados de la luz a las tinieblas, expulsados del mundo.

Me has mostrado el camino de la vida, me has llenado de alegría con tu presencia, y con el placer de vivir contigo para siempre.

En cuanto a mí, veré tu rostro en toda su gloria. Cuando despierte, estaré grandemente complacido de verte cara a cara.

Incluso cuando camino por el valle oscuro de la muerte, no tengo miedo de ningún mal, porque tú estás ahí conmigo. Tu vara y tu bastón me protegen.

¡Observa al inocente, mira a los que hacen el bien! ¡Aquellos que aman la paz tienen futuro!

Antes de que la olla de espinos ardientes se caliente, sea que estén frescos o secos, Dios los esparcirá.

Tú me dices qué hacer, y al final me recibirás en tu gloria.

La bondad del inocente lo mantendrá en el buen camino, pero los malvados tropezarán y caerán por su propia maldad.

La sabiduría habita en una mente que entiende, pero no se encuentra en medio de los necios.

Los que hacen el bien podrán caer siete veces, y aun así se levantaran; pero el desastre vendrá para derribar a los malvados.

Los malvados quedarán atrapados por causa de sus malas acciones. Las cuerdas de sus pecados los atarán.

Por ello el desastre cae sobre tales personas, y en solo un instante son destruidos sin remedio.

“Señor y Maestro, ahora puedes dejar que tu siervo muera en paz como lo prometiste,

Jesús les dijo de nuevo: “Yo me voy y ustedes me buscarán, pero morirán en su pecado. Adonde yo voy, ustedes no pueden ir”.

Es por eso que les dije que ustedes morirán en sus pecados. Porque si no creen en mí, en el ‘Yo soy,’ morirán en sus pecados”.

Es como si Dios, queriendo demostrar su oposición al pecado y para revelar su poder, soportara con paciencia estas “vasijas destinadas a la destrucción”,

De hecho, era como una sentencia de muerte dentro de nosotros. Esto nos sirvió para dejar de depender de nosotros mismos y comenzar a confiar en Dios, quien levanta a los muertos.

Como les digo, estamos seguros, deseando estar lejos del cuerpo para poder estar en casa con el Señor.

En lo que a mí concierne, el vivir es para Cristo, el morir trae consigo ganancia.

Pues estoy en un dilema: realmente quiero partir y estar con Cristo, lo que sería mucho mejor,

Cuando la gente hable de paz y seguridad, de repente vendrá destrucción sobre ellos. Será como el inicio repentino de los dolores de parto, y ciertamente no escaparán.

El Señor me rescatará de todas las cosas malas que me han hecho, y me llevará salvo a su reino. Porque suya es la gloria por siempre y para siempre. Amén.

Entonces oí una voz que procedía del cielo, que me decía: “¡Escribe esto! Benditos son los que mueren en el Señor a partir de ahora. Sí, dice el Espíritu, porque ahora ellos pueden descansar de sus aflicciones. Y lo que han logrado hablará por ellos”.




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