La casa de los malvados será destruida, pero la tienda de los justos prosperará.
Porque los que rechazan a Dios son estériles, y el fuego quemará las casas de los que aman los sobornos.
Esto es lo que ocurre con las casas de los malvados, con los lugares de los que rechazan a Dios”.
Pueden preguntarme: ‘¿Dónde está la casa del gran hombre? ¿Dónde está el lugar donde viven los malvados?’
Buscan la seguridad en su casa, pero ésta no les proporciona ningún apoyo. Intentan aferrarse a ella, pero es fugaz.
Los que te odian serán avergonzados, y el lugar donde viven los malvados será destruido”.
si llevas una vida limpia y haces lo que es justo, entonces él actuará para enderezar las cosas en su hogar.
Tu esposa será como una vid fructífera creciendo en tu casa. Tus hijos serán como retoños de olivo alrededor de tu mesa.
Dentro de poco los malos no existirán más, y aunque los busques no los encontrarás.
Si pones tu confianza en tus riquezas, caerás; pero si haces el bien, florecerás como hojas verdes.
Los malvados son destriudos y olvidados. Pero la familia de los que hacen el bien permanece firme.
El Señor derriba la casa de los orgullosos, pero protege los límites de la casa de la viuda.
El Dios de justicia ve lo que sucede en las casas de los malvados, y los derriba hasta el desastre.
Los sabios retienen su riqueza y el aceite que poseen, pero los tontos gastan todo lo que tienen.
Las casas de los malvados están malditas por el Señor, pero él bendice los hogares de los que viven en rectitud.
“Yo he enviado esta maldición y entrará a la casa del ladrón, y a la casa del que jura con mentiras en mi nombre, declara el Señor Todopoderoso. La maldición permanecerá en esa casa y destruirá tanto las vigas como los ladrillos”.