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Referencias Cruzadas
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Proverbios 13:4

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Los perezosos desean muchas cosas pero no reciben nada; pero si trabajas duro serás recompensado.

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26 Referencias Cruzadas  

Ese fue el día en que los siervos de Isaac que habían estado cavando un pozo vinieron a decirle: “¡Hemos hallado agua!”

Incluso cuando envejezcan seguirán produciendo fruto, permaneciendo frescos y verdes.

Las manos perezosas te llevarán a la pobreza; pero las manos diligentes te harán rico.

Si eres generoso te volverás rico; dale a los demás un vaso de agua y recibirás uno también.

Si cultivas la tierra, tendrás abundancia de dinero, pero si vas detrás de cosas inútiles, eres un tonto.

El trabajo duro aporta liderazgo, pero la pereza trae esclavitud.

Los perezosos no atrapan su presa, pero si trabajas duro te volverás rico.

Cuida lo que dices y salvaras tu vida; decir mucho conlleva al desastre.

Las personas de bien odian las mentiras; pero los malvados hieden y solo aportan desgracia.

Los holgazanes no salen a sembrar cuando deberían. Por eso, cuando llega la cosecha, no tienen nada que recoger.

Los holgazanes morirán de hombre por negarse a trabajar.

Los que hacen planes con anticipación y trabajan arduamente tendrán abundancia. Mientras que los que actúan precipitadamente terminarán en la pobreza.

Mientras caminaba, pasé por el campo del hombre perezoso, y por el viñedo de un insensato.

Y estaba lleno de monte y espinas, el suelo estaba cubierto de hierba y la piedra angular se había caído.

Los perezosos son los que dicen: “¡Hay un león en el camino, un león por las calles!”

Los avaros crean problemas, pero los que confían en el Señor prosperarán.

¡Ve y observa a las hormigas, holgazán! Aprende de lo que hacen, para que seas sabio.

Felices son los que me escuchan, los que están pendientes en mi puerta para verme llegar.

Respondí: “Ya me he desvestido. No tengo que volver a vestirme, ¿verdad? Ya me he lavado los pies. No tengo que ensuciarlos de nuevo, ¿verdad?”

El Señor los guiará siempre; les dará todo lo que necesitan en una tierra desolada; los hará fuertes de nuevo. Serán como un jardín bien regado, como un manantial que nunca se seca.

“¿Quién puede contar los descendientes de Jacob? ¡Son tantos que son como el polvo! ¿Quién puede contar hasta una cuarta parte de los israelitas? “¡Me gustaría morir como muere una persona buena! ¡Que el fin de mi vida sea como el fin de ellos!”

No se preocupen por la comida que perece, sino concéntrense en la comida que permanece, la de la vida eterna, la cual les dará el Hijo del hombre, porque Dios el Padre ha colocado su sello de aprobación en él”.

Queremos que cada uno de ustedes demuestre el mismo compromiso y confianza en la esperanza de Dios, hasta que sea cumplida.

Cuando regresaron, le dijeron a Josué: “No necesitamos a todo el ejército. Dos o tres mil hombres serán suficientes para atacar la ciudad de Hai. No te molestes en enviarlos a todos, pues sólo hay unos pocos”.




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