Porque el Señor tiene una copa en su mano, llena de vino espumoso mezclado con especias. Él vierte el vino, y todos los malvados lo beberán, hasta la última gota.
Sin embargo, estas personas malvadas se ocultan y están listas para matar a otros, pero ellos mismos son las víctimas. ¡Sus trampas son para ellos mismos!
Pero por el contrario han sembrado maldad y han cosechado maldad. Han comido el fruto de las mentiras, porque confiaron en su propia fuerza y en sus muchos guerreros.
Así como destruíste los bosques del Líbano, también serás destruido; cazaste a los aniumales allí y ahora ellos te cazarán a ti. Porque derramaste sangre humana y destruiste naciones y ciudades con sus habitantes.
Y como has saqueado a muchas naciones, los que quedan te saquearán a ti, por la sangre humana que has derramado y la destrucción que has causado en las naciones y ciudades, y en los que allí habitaban.