Las palabras apresuradas pueden ser tan cortantes como un cuchillo, pero las palabras de los sabios traen sanidad.
Hacen planes para ver a la gente sufrir; sus palabras cortan como un rastrillo afilado, ¡Mentirosos!
¡Me rodean los leones que comen hombres, y soy forzado a vivir con ellos! Sus dientes son como lanzas y flechas, y sus lenguas como espadas.
Dios, tu grandeza está sobre los más altos cielos; ¡Y tu gloria cubre toda la tierra!
¡Escucha las necedades que salen de sus bocas! Sus palabras son cortantes como espadas. Se dicen a sí mismos: “¿Quién puede oirnos?”
Sus palabras son hirientes como espadas, y de sus bocas emanan palabras venenosas como flechas.
Quien dice la verdad es honesto, pero un testigo falso dirá mentiras.
Un mal mensajero crea problemas; pero un embajador fiel trae sanidad.
Las palabras amables son Fuente de vida, pero el decir mentiras causa gran daño.
Los sabios comparten su conocimiento, pero los necios no piensan de esta mima manera.
Las palabras bondadosas son como un panal de miel, su sabor es dulce y aportan salud al cuerpo.
Mentir en la corte contra un amigo es como atacarlo con una maza, con una espada o con una lanza.
porque son vida para quien las encuentra, y traen sanidad a todo el cuerpo.
Los líderes sabios del pueblo enseñarán a muchos, aunque durante un tiempo serán muertos a espada y fuego, o serán encarcelados y robados.
Sostenía siete estrellas en su mano derecha y de su boca salía una espada de doble filo. Su rostro brillaba como el sol en su esplendor.
justo en medio de la calle principal de la ciudad. A ambos lados del río estaba el árbol de la vida, que producía doce cosechas de frutas, una cada mes. Las hojas del árbol eran usadas para la sanidad de los pueblos de todas las naciones.