A las buenas personas les espera lo mejor, pero la esperanza de los malvados terminara en muerte.
Señor, tú has escuchado el gemir de los que sufren. Tú los escucharás y los reconfortarás.
Te alabo con todo mi corazón. No permitas que me aparte de tus mandamientos.
¡Deseo poder cumplir tus reglas de tal forma que puedas confiar en mi!
Solo le pido al Señor una cosa: quiero vivir en la casa del Señor toda mi vida, contemplando la bondad del Señor y pensando en su sano Templo.
Encuentra tu felicidad en el Señor, y él te dará lo que más deseas.
Los justos esperan felicidad, pero la esperanza de los malvados se derrumbará.
Si das con generosidad, recibirás más; pero si eres mezquino terminaras en la pobreza.
Cuando una persona malvada muere, sus esperanzas mueren con ella; la esperanza de los rebeldes se desvanecerá.
Las personas que hacen el bien, hacen planes justos, pero el consejo de los malvados es engañoso.
Recibirás recompensa por usar las palabras correctas; pero las personas deshonestas procuran la violencia.
Te busco en la noche y en mi interior te anhelo. Cuando tus leyes se muestran en la tierra, entonces los pueblos del mundo aprenden lo que es justo.
Pero no he tenido prisa por dejar de ser tu pastor. No he querido que llegara el tiempo de los problemas. Sabes que todo lo que he dicho lo he dicho delante de ti.
Benditos son aquellos cuyo mayor deseo es hacer lo justo, porque su deseo será saciado.
Lo único que queda es el temor, la espera de un juicio inminente y el fuego terrible que destruye a los que son rebeldes con Dios.