“Mi pueblo está muriendo porque no me conoce. Y como se niegan a conocerme, yo los aborrezco a ustedes como mis sacerdotes. Así como han olvidado mis enseñanzas, yo me olvidaré de sus hijos.
Una buena persona saca cosas buenas de las cosas buenas que tiene guardadas, y una persona mala saca cosas malas de las cosas malas que tiene guardadas.
Cuando las personas oyen el mensaje del reino, y no lo entienden, el maligno viene y arranca lo que fue sembrado en sus corazones. Esto es lo que ocurre con las semillas que cayeron en el camino.
Como no consideraron la importancia de conocer a Dios, él los dejó a merced de su forma de pensar inútil e infiel, y dejó que hicieran lo que nunca debe hacerse.
Cuiden del rebaño que se les ha encomendado, no porque estén obligados a vigilarlos, sino con agrado, como Dios quiere que sea. Háganlo de buena gana, sin buscar beneficio de ello.