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Referencias Cruzadas

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Oseas 9:17

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Mi Dios te rechazará porque no lo has escuchado, y serás un pueblo de vagabundos sin hogar entre las naciones.

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34 Referencias Cruzadas  

Pero Micaías respondió: “Vive el Señor, yo sólo puedo decir lo que mi Dios me dice”.

Pero ellos ridiculizaban a los mensajeros de Dios, despreciaban sus advertencias y se burlaban de sus profetas, hasta que la ira del Señor contra su pueblo fue provocada a tal punto que no pudo ser contenida.

Por favor, Dios mío, recuérdame positivamente por todo lo que he hecho por este pueblo.

Pero pongo mi confianza en ti, Señor, diciendo, “¡Tú eres mi Dios!”

Cualquiera que siga rechazando obstinadamente muchas advertencias, sufrirá destrucción repentina, sin ningún remedio.

¡Si hubieras escuchado atentamente lo que te he dicho! Entonces tus bendiciones habrían fluido como un río, y la bondad te habría bañado como las olas del mar.

Entonces Isaías dijo: “¡Escuchen, familia real de Judá! ¿No les basta con desgastar a la gente? ¿Tienen que desgastar también a mi Dios?

Son identificados como plata impura que hay que rechazar, porque el Señor los ha rechazado.

Te he advertido una y otra vez sobre todas estas cosas que has hecho, pero no has querido escuchar, declara el Señor. Te he llamado, pero no has querido responderme.

Te expulsaré de mi presencia, así como expulsé a todos tus parientes israelitas, a todos los descendientes de Efraín.

Comerán, pero no se sentirán saciados; se entregarán a la prostitución, pero no prosperarán porque han abandonado al Señor para prostituirse con otros dioses.

“Mi pueblo está muriendo porque no me conoce. Y como se niegan a conocerme, yo los aborrezco a ustedes como mis sacerdotes. Así como han olvidado mis enseñanzas, yo me olvidaré de sus hijos.

¡Grande es el desastre que viene sobre ellos por haberse alejado de mi! ¡Serán destruidos por haberse rebelado contra mi! Yo quisiera poder redimirlos, pero ellos me calumnian.

Él me preguntó: “¿Qué ves, Amós?” Yo le dije: “Una cesta de frutas”. Entonces el Señor me dijo: “Este es el fin de mi pueblo Israel! Dejaré de pasar por alto sus pecados.

¡Miren lo que hago! Yo daré la orden y el pueblo de Israel será sacudido entre las naciones como la harina en un tamiz, y no caerá nada al suelo.

Pero en cuanto a mi, yo pongo mis ojos en el Señor. Esperaré en el Dios que me salva. Mi Dios me escuchará.

No sean como sus padres. Ellos recibieron advertencia de los profetas: ¡Abandonen sus malos caminos y sus malas acciones! Pero no escucharon ni me prestaron atención, dice el Señor.

“Suéltame”, le dijo Jesús, “porque aún no he ascendido a mi Padre; más bien ve donde mis hermanos y diles que voy a ascender a mi Padre, y Padre de ustedes, mi Dios y el Dios de ustedes”.

“¡Mi señor y mi Dios!” respondió Tomás.

Los judíos se decían unos a otros: “¿A dónde irá que no podremos encontrarlo? ¿Acaso está planeando irse donde están las personas dispersas entre los extranjeros, y les enseñará a ellos?

Cualquiera que no lo escuche será eliminado del pueblo por completo’.

Les habría dicho que iba a cortarlos en pedazos y borrar incluso su memoria;

Después de haber vivido en el campamento durante mucho tiempo y haber tenido hijos y nietos, si entonces estropean la relación que tienen con el Señor y hacen un ídolo de cualquier forma, el Señor, su Dios, verá esto como un mal que lo hará enojar.

Entoncesel Señor los dispersará entre las demás naciones, y no muchos de ustedes sobrevivirán en los países donde el Señor los ha exiliado.

¡Mi Dios suplirá todas las cosas que ustedes necesiten, conforme a sus riquezas gloriosas en Cristo Jesús!

Esta carta viene de parte de Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo. Es enviada a las doce tribus dispersas en el extranjero. ¡Mis mejores deseos para ustedes!




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