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Referencias Cruzadas
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Oseas 4:1

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¡Escucha la palabra del Señor, pueblo de Israel, porque el Señor tiene una acusación contra los habitantes de la tierra! “No hay fidelidad, lealtad ni conocimiento de Dios en la tierra.

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44 Referencias Cruzadas  

Micaías continuó diciendo: “Escucha, pues, lo que dice el Señor. Vi al Señor sentado en su trono, rodeado de todo el ejército del cielo que estaba a su derecha y a su izquierda.

No debe haber dios extraño entre ustedes; no deben postrarse nunca ante dioses extranjeros ni adorarlos.

¡Escuchen la palabra del Señor, gobernantes de Sodoma! Presten atención a las instrucciones de nuestro Dios, pueblos de Gomorra.

Vengan y discutamos esto, dice el Señor. Aunque sus pecados sean como la grana, se volverán blancos como la nieve. Aunque sean rojos como el carmesí, se convertirán como la blanca lana.

Así que presten atención al mensaje del Señor, ustedes, gobernantes despreciables que dirigen a este pueblo en Jerusalén.

¡Acérquense, naciones, y escuchen! ¡Pueblos, presten atención! ¡Escuchen estas palabras todos los que viven en la tierra, y todo lo que viene de ella!

Porque el Señor tiene un día de castigo, un año de retribución, por los problemas causados a Sión.

“Ahora, ustedes que viven en Jerusalén y en Judá, por favor, juzguen entre mi viña y yo.

Nadie quiere justicia, nadie alega su caso con honestidad. Se apoyan en falsos testimonios y dicen mentiras. Conciben planes malvados, y dan a luz problemas.

No saben vivir en paz; no son rectos ni justos con los demás. Su camino es totalmente torcido, y cualquiera que los siga no experimentará ninguna paz.

Escuchen lo que el Señor tiene que decir, los que tiemblan cuando él habla. Esto es lo que han dicho algunos de los que te odian y te echan: “Que el Señor sea glorificado, para que veamos lo feliz que eres!” pero son ellos los que van a ser humillados.

Desde que saqué a sus antepasados de Egipto hasta ahora, les advertí seriamente una y otra vez, diciendo: “¡Hagan lo que les digo!”

Díganles: Escuchen lo que dice el Señor, reyes de Judá y pueblo que vive en Jerusalén. Esto es lo que dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: Voy a hacer caer sobre este lugar un desastre tal que hará retumbar los oídos de cualquiera que lo oiga.

Escuchen el mensaje del Señor, descendientes de Jacob, todos ustedes israelitas.

Así que voy a confrontarte de nuevo, declara el Señor, y presentaré cargos contra los hijos de tus hijos.

El sonido llegará a todos los rincones de la tierra porque el Señor está acusando a las naciones. Está juzgando a todos, ejecutando a los malvados, declara el Señor.

Escucha lo que el Señor te dice, Sedequías, rey de Judá. Esto es lo que el Señor dice de ti: No te matarán;

“Mi gente es estúpida; no me conocen. Son niños tontos que no entienden. Son expertos en hacer el mal, pero no saben hacer el bien”.

La tierra se enlutará y los cielos se oscurecerán. Yo he hablado; esto es lo que he ordenado. No me detendré ni cambiaré de opinión”.

Entonces me dije: “Esta gente no es más que los pobres; son sólo tontos que no conocen nada mejor. Ciertamente no saben lo que quiere el Señor, la manera correcta de vivir de Dios.

Israel y Judá no han sido abandonados por su Dios, el Señor Todopoderoso, aunque pecaron contra el Santo de Israel en todo su país.

Todos engañan porque son codiciosos, tanto los pobres como los ricos. Incluso los profetas y los sacerdotes: ¡todos son unos mentirosos deshonestos!

Así que tienes que decirles: “Esta es la nación que se negó a escuchar lo que dijo el Señor, su Dios, y no quiso aceptar la disciplina del Señor. La verdad se ha extinguido; la gente ni siquiera habla de ella.

Mujeres, escuchen el mensaje del Señor, oigan lo que tiene que decir. Enséñenle a sus hijas a llorar y a cantar cantos de tristeza.

Sus palabras son como flechas lanzadas desde un arco. La mentira se impone a la verdad en todo el país. Van de mal en peor y se olvidan de mí, declara el Señor.

Así que esto es lo que dice el Señor Todopoderoso: Mira, voy a probarlos y a purificarlos como el metal en un horno. ¿Qué más puedo hacer por lo que ha hecho mi pueblo?

“Así que, prostituta, ¡escucha el mensaje del Señor!

El Señor tiene además una acusación en contra de Judá, y castigará a Jacob por las acciones del pueblo. Les pagará conforme a lo que han hecho.

Incluso desde el vientre Jacob luchó con su hermano; y cuando se hizo hombre luchó con Dios.

“¡Escuchen esto, sacerdotes! ¡Presta atención, casa de Israel! ¡Escuchen, miembros de la failia real!

Sus acciones les impiden volver a Dios porque en ustedes hay un espíritu de prostitución y ya no conocen al Señor.

Escuchen esto, ancianos. Presten atención todos los que habitan la tierra. ¿Alguna vez ha ocurrido algo semejante a esto en su experiencia o la de sus antepasados?

Pueblo de Israel, escuchen el mensaje que el Señor ha enviado contra ustedes. Todos ustedes, a quienes saqué de la tierra de Egipto.

Así que escuchen lo que el Señor les dice: Tú dices: “No vuelvas a profetizar contra Israel, y no prediques contra los descendientes de Isaac”.

Ahora, montañas, escuchen el argumento del Señor. Escuchen, fundamentos eternos de la tierra, porque el Señor tiene un caso contra su pueblo. Presentará acusaciones contra Israel.

Ustedes no lo conocen, pero yo sí lo conozco. Si yo dijera ‘No lo conozco,’ sería un mentiroso, tal como ustedes. Pero yo sí lo conozco, y hago lo que Él dice.

Como no consideraron la importancia de conocer a Dios, él los dejó a merced de su forma de pensar inútil e infiel, y dejó que hicieran lo que nunca debe hacerse.

¡Recobren la razón y dejen de pecar! Algunos entre ustedes no conocen a Dios. Y les digo esto para avergonzarlos.

Si tienes oídos, oye lo que el Espíritu dice a las iglesias. La segunda muerte no hará daño a los victoriosos.

Si tienen oídos, escuchen lo que el Espíritu dice a las iglesias”.




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