es como la luz del sol de la mañana que sale en un amanecer sin nubes; como el brillo de las gotas de lluvia sobre la hierba nueva que crece de la tierra’.
Que haya abundancia de grano en la tierra, incluso que crezca en lo alto de las montañas. Que el fruto de los árboles cuelgue como en los árboles del Líbano. Que la gente de la ciudad prospere como la hierba en el campo.
Porque esto es lo que me ha dicho el Señor: Observaré en silencio desde donde vivo, tranquilo como la bruma de calor a la luz del sol, tranquilo como una nube de niebla en el calor de la cosecha.
Pero los que murieron en ti, Señor, vivirán. Sus cuerpos resucitarán. Despiértense y canten de alegría, ustedes que duermen en el polvo, porque el rocío que reciben es como el rocío de la mañana que da vida a los que están en la tumba.
¡Florezcan profusamente, celebren y canten! Se le dará la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y de Sarón. Verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios.
Porque voy a derramar agua sobre la tierra sedienta, y arroyos sobre la tierra seca. Voy a derramar mi Espíritu sobre tu descendencia, y mi bendición sobre tus hijos.
Que la lluvia caiga del cielo, que la bondad caiga de las nubes, que la tierra se abra para recibir la bondad y la salvación para que crezcan juntas. Yo, el Señor, los he creado.
Conozcamos al Señor; procuremos conocerlo y él se aparecerá frente a nosotros como el sol brillante. Él vendrá a nosotros tan ciertamente como la lluvia de la primavera que riega la tierra”.
Entonces los que quedan del pueblo de Jacob estarán en medio de muchas naciones, como rocío del Señor, como lluvias sobre el pasto, que no espera a nadie, y que nadie puede detener.
¿Quién es un Dios como tú, que perdona el pecado y olvida la rebelión de los que aún quedan en su pueblo especial? Tu no persistes en tu enojo, pues te deleitas en mostrar amor incondicional.
Piensen en los lirios y cómo crecen. Ellos no trabajan ni hilan para hacer ropa, pero yo les aseguro que ni siquiera Salomón en toda su gloria usó vestidos tan hermosos como uno de ellos.
Que mi enseñanza caiga suavemente como la lluvia; que mis palabras caigan ligeramente como el rocío, como una suave lluvia sobre la hierba nueva, como lluvias primaverales sobre las plantas en crecimiento.