“A ella se le olvidó que yo fui quien le dio grano, vino nuevo y aceite de oliva, así como la plata y el oro que le di en abundancia y que usaron para hacerle un ídolo a Baal.
Porque a través de un hombre el pecado entró al mundo, y el pecado condujo a la muerte. Y de esta manera la muerte llegó a todos, porque todos eran pecadores.
El Señor le dijo a Josué: “Lo que hago hoy te confirmará como gran líder a la vista de todos los israelitas, para que se den cuenta de que así como estuve con Moisés, estaré contigo.
Entonces los efraimitas fueron convocados y cruzaron el Jordán hasta Zafón. Le dijeron a Jefté: “¿Por qué fuiste a luchar contra los amonitas sin convocarnos para que fuéramos contigo? Vamos a quemar tu casa contigo dentro”.
Entonces los hombres de Efraín le preguntaron a Gedeón: “¿Por qué nos has tratado así? ¿Por qué no nos llamaste cuando fuiste a atacar a los madianitas?” Allí discutieron acaloradamente con él.
“Antes no solías pensar mucho en ti mismo, ¿pero no eres ahora el líder de las tribus de Israel?” preguntó Samuel. “El Señor te ungió como rey de Israel.