Pul, rey de Asiria, invadió el país. Menajem pagó a Pul mil talentos de plata para que apoyara a Menajem en la consolidación de su poder sobre el reino.
Durante el reinado de Peca, rey de Israel, Tiglat-Pileser, rey de Asiria, invadió y capturó Iyón, Abel-Bet-Macá, Janoa, Cedes, Jazor, Galaad, Galilea y toda la tierra de Neftalí, y llevó al pueblo a Asiria como prisioneros.
“Cuando Efraín vio cuán enfermo estaba, y Judá notó sus propias heridas, Efraín se volvió al gran rey de Asiria para pedir su ayuda; pero él no los pudo sanar ni curar sus heridas.
Se vuelven, pero no al Altísimo. Son como un arco defectuoso. Sus líderes morirán a espada por causa de sus maledicencias. Por eso serán ridiculizados en Egipto.
Vienen a presentarme sus sacrificios y se comen la carne, pero yo, el Señor, no los acepto. Ahora él recordará su maldad y los castigará por sus pecados. Ellos volverán a Egipto.
Miren, se han ido por causa de la destrucción: Egito los reunirá y Menfis los sepultará. Gracias a su plata tienen un “tesoro valioso”. La maleza los poseerá, y los espinos crecerán sobre sus tiendas.
A algunos de ustedes los destruí como destruí a Sodoma y Gomorra. Ustedes fueron como un tizón arrebatado del fuego. Pero aún así no volvieron a mi, dice el Señor.
Yo me aseguré de que no tuvieran nada que comer en sus ciudades, y que hubiera escasez de dinero en donde habitaban, pero aún así no volvieron a mi, dice el Señor.
Tu rey no debe tener grandes cantidades de caballos, ni enviar a sus hombres a Egipto para comprar más caballos, porque el Señor ha declarado: “No debes volver allí nunca más”.