Los habitantes de Dibón suben a su Templo para llorar en sus lugares altos. Los moabitas lloran sobre las ciudades de Nebo y Medeba. Todas las cabezas se han afeitado, todas las barbas se han cortado en señal de luto.
Bajen de su gloria y siéntense en el suelo polvoriento, ustedes que viven en Dibón, porque el destructor de Moab vendrá y los atacará, destruyendo sus fortalezas.
Voy a levantar mi mano para castigarlos. En todos los lugares donde viven convertiré su país en un páramo, desde el desierto en el sur hasta Diblat en el norte. Entonces sabrán que yo soy el Señor”.