Cuando el Señor tu Dios te los entregue para que los derrotes, entonces debes apartarlos para la destrucción. No hagas ningún tratado de paz con ellos y no les muestres ninguna piedad.
Así que la asamblea envió allí a doce mil de sus mejores guerreros. Les dieron órdenes, diciendo: “Vayan y maten a los habitantes de Jabes de Galaad con sus espadas, incluso a las mujeres y a los niños.