Le dijo al rey: “Esto es lo que dice el Señor: Has dejado ir a un hombre que yo había decidido que muriera. Por lo tanto, pagarás su vida con tu vida, tu pueblo por su pueblo”.
El hombre de Dios se enfadó con él y le dijo: “Deberías haber golpeado el suelo cinco o seis veces. Entonces habrías atacado a los arameos hasta destruirlos por completo. Pero ahora sólo atacarás a los arameos tres veces”.
Moisés comprobó lo que había sucedido con el macho cabrío de la ofrenda por el pecado, y descubrió que había sido quemado. Se enfadó con Eleazar e Itamar, los hijos que Aarón había dejado, y les preguntó,
A algunos de los asignará como comandantes de millares y comandantes de cincuentenas, y otros tendrán que arar sus campos y segar su cosecha. A algunos los destinará a fabricar armas y equipos para los carros de guerra.