Por favor, ven inmediatamente y maldice a estas personas por mí, porque son más fuertes que yo. Tal vez entonces pueda atacarlos y expulsarlos de mi país porque sé que quienquiera que bendiga es bendecido, y quienquiera que maldiga es maldito”.
Entonces Balac le dijo: “Por favor, ven conmigo a otro lugar donde puedas verlos. Pero sólo verás una parte de su campamento, no los verás a todos. Puedes maldecirlos por mí desde allí”.