Pero el burro le preguntó a Balaam, “¿No soy yo el burro que has montado toda tu vida hasta hoy? ¿Alguna vez te he tratado así antes?” “No”, admitió.
“¡Me has hecho quedar como un estúpido!” Balaam le dijo al burro. “¡Si tuviera una espada, te mataría ahora!”
Entonces el Señor le dio a Balaam la habilidad de ver al ángel del Señor de pie en el camino con una espada desenvainada. Balaam se inclinó y cayó al suelo boca abajo.
Pero se le reprendió por sus acciones malvadas, y hasta un asno mudo le habló con voz humana para detener la necedad de este profeta.