Los amalecitas viven en el Néguev. Los hititas, jebuseos y amorreos viven en las colinas. Los cananeos viven en la costa del mar y también al lado del Jordán”.
El Señor respondió a su invitación y les entregó a los cananeos. Los israelitas los destruyeron completamente a ellos y a sus pueblos, y llamaron al lugar Horma.
Entonces los amorreos que vivían allí en las colinas vinieron y los atacaron. Los persiguieron como un enjambre de abejas, matándolos desde Seir hasta Horma.
¿Cómo podría un hombre perseguir a mil, o dos hacer huir a diez mil, si su Roca de protección no los hubiera vendido, si el Señor no los hubiera entregado?
Los hombres de Hai mataron a unos treinta y seis de ellos, persiguiendo a los israelitas desde la puerta del pueblo hasta que fueron derrotados, matándolos mientras descendían. Los israelitas se asustaron y perdieron todo su espíritu para luchar.
Durante ese tiempo, David y sus hombres hicieron incursiones contra los guesuritas, los girzitas y los amalecitas. Estos pueblos habían vivido en la tierra hasta Sur y Egipto desde tiempos antiguos.
Los filisteos atacaron a los israelitas en formación, y cuando la batalla se extendió, los filisteos derrotaron a los israelitas, matando a 4.000 de ellos en el campo de batalla.