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Referencias Cruzadas

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Nehemías 8:12

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Entonces todos se fueron a comer y a beber, y a compartir su comida. Celebraron con alegría porque ahora entendían la Ley tal como se les había explicado.

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25 Referencias Cruzadas  

Entonces comieron y bebieron en presencia del Señor con gran alegría aquel día. Hicieron rey por segunda vez a Salomón, hijo de David, y lo ungieron como gobernante del Señor, y ungieron a Sadoc como sacerdote.

Nehemías continuó diciendo: “Vayan y disfruten de buena comida y bebidas dulces, y compartan con los que no tienen nada preparado, porque hoy es un día especial y santo para nuestro Señor. No estén tristes, porque su fuerza viene del Señor, que los hace felices”.

También los levitas calmaban a todos, diciéndoles: “¡No lloren! Este es un día santo y no deben estar tristes”.

Al día siguiente, los jefes de familia de todo el pueblo, así como los sacerdotes y los levitas, se reunieron con el escriba Esdras para estudiar la Ley con mayor profundidad.

como el momento en que los judíos descansaban de su victoria sobre sus enemigos, y como el mes en que su tristeza se convertía en alegría y su luto en un tiempo de celebración. Les escribió que observaran los días como días de fiesta y alegría y que se dieran regalos de comida unos a otros y regalos a los pobres.

No he descuidado sus mandatos, porque valoro más lo que me ha ordenado que el alimento que como cada día.

Siempre me aferraré a tus enseñanzas porque tu palabra me llena de felicidad.

Por ello amo tus mandamientos más que el oro. Más que el oro puro.

El estudiar tu palabra proporciona tanta luz, que aún los iletrados pueden etenderla.

Me deleito en tus enseñanzas más que en tener mucho dinero.

Me deleitaré en seguir tus mandamientos, y no olvidaré tus enseñanzas.

Déjame elevar alabanzas a ti, porque tú me enseñas lo que debo hacer.

Anhelo tu salvación, Señor; y tus enseñanzas me proporcionan felicidad.

Tus enseñanzas son más valiosas para mi que el oro y la plata en abundancia.

¡Cuánto amo tu ley! En ella medito de día y de noche.

Cuando recibí tus mensajes, los devoré. Lo que dijiste me hizo muy feliz, me encantó. Te pertenezco, Señor Dios Todopoderoso.

Los dos discípulos se dijeron el uno al otro: “¿Acaso no ardían nuestros pensamientos cuando él nos hablaba y nos explicaba las Escrituras?”

porque yo sé que no hay nada bueno en mí en lo que tiene que ver con mi naturaleza humana pecaminosa. Aunque quiero hacer el bien, simplemente no puedo hacerlo.

Los habitantes de la tierra están contentos por su muerte, y celebran, enviándose regalos unos a otros, porque estos dos profetas eran tormento para ellos.




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