Nehemías continuó diciendo: “Vayan y disfruten de buena comida y bebidas dulces, y compartan con los que no tienen nada preparado, porque hoy es un día especial y santo para nuestro Señor. No estén tristes, porque su fuerza viene del Señor, que los hace felices”.
Entonces todos se fueron a comer y a beber, y a compartir su comida. Celebraron con alegría porque ahora entendían la Ley tal como se les había explicado.
Entonces Caleb pidió silencio mientras la gente se paraba delante de Moisés y les decía: “Vamos a tomar la tierra. Podemos conquistar el país, ¡sin duda!”