Después de él, Nehemías, hijo de Azbuk, gobernante de un semidistrito de Bet-Zur, reparó hasta un punto frente al cementerio de David, hasta el estanque artificial y la Casa de los Guerreros Poderosos.
El resto de lo que sucedió en el reinado de Ezequías, todo lo que hizo, y cómo hizo el estanque y el túnel para llevar agua a la ciudad, están registrados en el Libro de las Crónicas de los Reyes de Judá.
Fue enterrado en la tumba que él mismo había preparado en la Ciudad de David. Lo colocaron en un lecho lleno de especias, aceites perfumados y fragancias. Luego hicieron un gran fuego para honrarlo.
Malquías, hijo de Recab, jefe del distrito de Bet-haquerem, reparó la Puerta de la Basura, la reconstruyó y colocó sus puertas, junto con sus cerrojos y barras.
A continuación estaban los levitas bajo el mando de Rehum hijo de Bani, y a continuación estaba Hasabías, gobernante de la mitad de la región de Keila, que hizo las reparaciones en nombre de su distrito.
Construiste un embalse dentro de las murallas para las aguas del antiguo estanque, pero no respetaste a su Hacedor ni pensaste en Aquél que lo planificó hace tiempo.
Entonces el Señor dijo a Isaías: “Toma a tu hijo Sear-Jasub contigo y ve al encuentro de Acaz. Estará al final del acueducto del estanque superior, junto al camino del campo de lavado.
“Mis hermanos y hermanas, permítanme decirles claramente que nuestro antepasado David murió y fue sepultado, y su tumba está aquí con nosotros hasta el día de hoy.