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Referencias Cruzadas

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Nehemías 13:1

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Un día, cuando se leía el Libro de Moisés al pueblo, encontraron la sección en la que estaba escrito que no se debía permitir la entrada de ningún amonita o moabita a la asamblea de Dios,

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22 Referencias Cruzadas  

Fue al Templo del Señor con todo el pueblo de Judá y de Jerusalén, junto con los sacerdotes y los levitas, todo el pueblo, desde el más pequeño hasta el más grande, y les leyó todo el Libro del Acuerdo que había sido descubierto en el Templo del Señor.

Por esa misma época me di cuenta de que algunos judíos se habían casado con mujeres de Asdod, Moab y Amón.

Pero cuando Sanbalat, el horonita, y Tobías, el amonita, se enteraron de esto, se molestaron. Para ellos esto era un desastre total: que alguien había llegado para ayudar a los israelitas.

Pero cuando Sanbalat el horonita, Tobías el funcionario amonita y Gesem el árabe se enteraron, se burlaron y se mofaron de nosotros, preguntando: “¿Qué traman? ¿Se están rebelando contra el rey?”

Tobías el amonita, que estaba a su lado, comentó: “¡Hasta una zorra que caminara sobre lo que están construyendo derribaría su muro de piedras!”

El primer día del séptimo mes, el sacerdote Esdras llevó la Ley ante la asamblea, hombres y mujeres, y todos los niños que podían escuchar y entender.

Pasaron tres horas de pie leyendo el Libro de la Ley del Señor su Dios, y otras tres horas confesando sus pecados y adorando al Señor su Dios.

Mira en el rollo del Señor y lee lo que dice: No faltará ni una sola de ellas con su pareja, porque el Señor ha ordenado que así sea, y su Espíritu las ha reunido.

Esto es lo que el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel, dice sobre Moab: La ciudad de Nebo está a punto de sufrir un desastre, porque será destruida. La ciudad de Quiriatáim será capturada y humillada; la fortaleza será derribada y su pueblo avergonzado.

Esto es lo que dice el Señor: El pueblo de Amón ha pecado en repetidas ocasiones y por ello no vacilaré en castigarlos, porque han abierto los vientres de mujeres embarazadas en Galaad, como parte de su guerra para ensanchar su territorio.

Envió mensajeros para llamar a Balaam, hijo de Beor, que vivía en Petor, cerca del río Éufrates en su propio país. “Escuchen, ha llegado aquí un grupo de personas que vinieron de Egipto”, dijo Balac en su mensaje a Balaam. “Hay hordas de ellos y representan una verdadera amenaza para nosotros.

“¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué has leído?” preguntó Jesús.

Después de leer la Ley y los Profetas, los líderes de la sinagoga les enviaron un mensaje, diciendo: “Hermanos, por favor, compartan con la congregación toda palabra de ánimo que puedan”.

Porque la Ley de Moisés ya ha sido enseñada en cada ciudad por mucho tiempo, pues es leída en las sinagogas cada sábado”.




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