Las puertas de los ríos se abren, y el palacio queda destruido.
Él alza su voz dando órdenes a sus oficiales. Ellos tropiezan mientras se precipitan para atacar la muralla. La embestida está lista.
“La reina” Nínive queda despojada y es llevada en exilio, con sus siervas que lloran como palomas mientras golpean sus pechos.
¡Mira! tus soldados son mujeres de entre tu pueblo. Las puertas de tu nación están abiertas de par en par ante tus enemigos. Los barrotes de las puertas serán quemados.