Soportaré el enojo del Señor porque he pecado contra él. Pero después él peleará mi caso y me hará justicia. Él me traerá a la luz, y yo veré su integridad.
Cuando David vio que el ángel destruía al pueblo, le dijo al Señor: “Yo soy el que ha pecado; yo soy el que ha hecho el mal. Esta gente es sólo una oveja. ¿Qué han hecho? Castígame a mí y a mi familia”.
Llevaré a los ciegos por un camino que no conocen; los guiaré por senderos que no conocen. Convertiré las tinieblas en luz ante ellos, y allanaré las asperezas. Esto es lo que voy a hacer por ellos; no los defraudaré.
Esto es lo que dice tu Señor, tu Dios, que defiende la causa de su pueblo: Mira, te he quitado la copa que te hacía tambalear. Nunca más tendrás que beber de esa copa, la copa de mi ira.
El pueblo de Jerusalén respondió, “Estamos sufriendo mucho porque nos hemos hecho mucho daño, nuestras lesiones son realmente graves. Pensábamos que no sería tan grave y que podríamos soportarlo.
Aunque nuestros pecados nos delatan, Señor, por favor, haz algo por nosotros gracias a tu bondad. Sí, nos hemos rebelado contra ti muchas veces; hemos pecado contra ti.
El Señor ha hecho lo justo, porque yo me rebelé contra sus instrucciones. Escuchen, todos en todas partes; miren lo que estoy sufriendo. Mis jóvenes y mis hombres jóvenes han sido llevados al cautiverio.
Por eso tomé medidas contra ellos y los exilié en los países de sus enemigos. Sin embargo, si humildemente abandonan su actitud obstinada y aceptan el castigo por sus pecados,
Así que no juzguen a nadie antes del tiempo correcto: cuando el Señor venga. Él traerá a la luz los secretos más oscuros que están ocultos, y revelará los motivos de las personas. Dios le dará a cada quien la alabanza que le corresponda.
Ahora tengo un premio reservado, la corona de la vida, conforme a lo que es justo. El Señor, (que es el juez que siempre hace justicia), me dará ese premio ese Día. Y no solo a mí, sino a todos los que anhelan su venida.
Cuando David se enteró de que Nabal había muerto, dijo: “Alabado sea el Señor, que me ha apoyado contra la injuria de Nabal y me ha impedido hacer el mal. Porque el Señor hizo que la maldad de Nabal recayera sobre él”. Entonces David envió un mensaje a Abigail, pidiéndole que se casara con él.