Biblia Todo Logo
Referencias Cruzadas
- Anuncios -




Miqueas 7:1

Versión Biblia Libre

¡Cuán miserable soy! Soy como quien siega en el verano, cuando ya ha pasado la cosecha de uvas. No encuentro uvas para comer, y ya no quedan de los higos que tanto me gustan.

Ver Capítulo Copiar

14 Referencias Cruzadas  

¡Ay de mí! Que soy extranjero en Meséc, que he acampado entre las tiendas de Cedar.

Muchos te dirán que son leales, pero ¿podrás hallar a una persona digna de confianza?

Pero quedarán algunas, como un olivo que ha sido sacudido: dos o tres aceitunas maduras quedarán en la copa del árbol, cuatro o cinco en sus ramas inferiores, declara el Señor, el Dios de Israel.

Así va a ser en toda la tierra entre las naciones: sólo quedan unas pocas aceitunas después de sacudir el árbol, sólo quedan unas pocas uvas para espigar después de la cosecha.

Desde los confines de la tierra se oyen cánticos que dicen: “Gloria al Dios que hace el bien”. Pero yo soy miserable, miserable. Tengan piedad de mí. La gente engañosa sigue traicionando, una y otra vez.

Esa flor marchita de maravillosa belleza, asentada sobre un valle fértil, será como los higos maduros antes de la cosecha de verano: tan pronto como la gente los descubra, los agarrará y los comerá.

Yo grité: “¡Estoy condenado! Voy a morir porque soy un hombre de labios impuros, y vivo en medio de un pueblo de labios impuros, porque he visto al Rey, al Señor Todopoderoso”.

¡Qué triste estoy, madre mía, por el hecho de que me hayas dado a luz! Soy víctima de discusiones y conflictos por donde quiera que voy en el país. Nunca le he prestado nada a nadie, ni he pedido nada prestado, pero aun así todos me maldicen.

Una cesta estaba llena de higos muy buenos, como los que maduran pronto, pero en la otra cesta sólo había higos muy malos, tan malos que no se podían comer.

Oigo los gritos de una mujer que está dando a luz, los gemidos agónicos de una mujer que da a luz a su primer hijo. Son los gritos de la Hija de Sión, que jadea y extiende las manos diciendo: “¡Por favor, ayúdenme, me están matando!”

Te has estado quejando, diciendo: “¡Tengo tantos problemas porque el Señor me ha dado tristeza para agravar mi dolor! Me he agotado con mis gemidos. No consigo ningún alivio”.

Ve a todas partes por las calles de Jerusalén. Busca y presta atención. Busca por todas las plazas de su ciudad a ver si encuentras aunque sea una sola persona que haga lo correcto, alguien que sea fiel, y yo perdonaré a la ciudad.

Como encontrar uvas en el desierto, así fue como encontré a Israel. Cuando vi a sus antepasados, fue como ver los primeros frutos de la higuera. Pero cuando fueron a Baal Peor, se entregaron a ese ídolo abominable, y se volvieron tan inmundos como lo que aman.

Las primicias de todas las cosechas que produzcan en su tierra y que traigan al Señor son tuyas. Todos los miembros de tu familia que estén ceremonialmente limpios pueden comerlas.




Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos