“Diles: ¡Montes de Israel, escuchen el mensaje del Señor Dios! Esto es lo que dice el Señor Dios a las montañas y a las colinas, a los desfiladeros y a los valles: Voy a atacarlos y a destruir sus lugares altos.
Las montañas se derriten bajo sus pies y los valles se resquebrajan, tal como la cera ante el fuego y el agua que se corta por una pendiente. Todo esto sucede por la rebelión de los descendientes de Jacob, y los pecados del pueblo de Israel.
Ahora, montañas, escuchen el argumento del Señor. Escuchen, fundamentos eternos de la tierra, porque el Señor tiene un caso contra su pueblo. Presentará acusaciones contra Israel.
Si hacen esto, clamo al cielo y a la tierra como testigos contra ustedes hoy de que serán completamente borrados del país que ocuparán al cruzar el Jordán. No vivirán mucho tiempo allí, serán totalmente destruidos.
Así pues, permanezcan aquí mientras les presento, en presencia del Señor, la prueba de todas las cosas buenas que el Señor ha hecho por ustedes y por sus antepasados.