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Referencias Cruzadas
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Miqueas 3:7

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Los videntes serán desgraciados, los adivinos serán avergonzados, y cubrirán su rostro porque ninguno recibirá respuesta de Dios.

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19 Referencias Cruzadas  

Ya no vemos ninguna de tus señales. No ha quedado ni un profeta, y ninguno entre nosotros sabe hasta cuándo durará esto.

Los magos no pudieron venir nicomparecer ante Moisés, porque ellos y todos los demás egipcios estaban cubiertos de llagas.

Yo soy el que demuestra que las señales de los falsos profetas son erróneas. Yo soy el que pone en ridículo a los adivinos. Yo pongo al revés la sabiduría de los sabios, y hago que sus conocimientos sean ridículos.

Algunos decidieron: “Necesitamos un plan para lidiar con Jeremías. Todavía habrá sacerdotes para explicar la ley, todavía habrá sabios para dar consejos, y todavía habrá profetas para dar profecías. Organicemos una campaña de desprestigio contra él para no tener que escuchar una palabra de lo que dice”.

Llora en silencio. No hagas ningún ritual por el muerto. Vístete normalmente: ponte el turbante y ponte las sandalias en los pies. No te tapes la cara y no comas el pan que usan los dolientes”.

“Entonces harás lo mismo que yo. No te velarás la cara ni comerás el pan que usan los dolientes.

“Cualquiera que tenga tales enfermedades debe usar desgarrada y dejar que su cabello permanezca despeinado. Debe cubrirse la cara y gritar: ‘¡Inmundo, inmundo!’

Viene el tiempo, dice el Señor, en el que enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan o escasez de agua, sino hambre de la palabra de Dios.

Entonces ellos clamarán al Señor, pero él no les responderá. Se ocultará de ellos en ese momento, por el mal que han hecho.

Las naciones verán y serán humilladas a pesar de su fuerza. Con sus manos cubrirán sus bocas, y sus oídos quedarán sordos.

Ese día, tales profetas sentirán vergüenza de profetizar sus supuestas visiones. Pra engañar no se pondrán más sus vestiduras de profetas, hechas de pelo áspero.

Saúl preguntó a Dios: “¿Debo bajar y perseguir a los filisteos? ¿Los entregarás a Israel?” Pero ese día Dios no le respondió.

Entonces Samuel le dijo a Saúl: “¿Por qué me molestas haciéndome subir?” . “Estoy en un problema terrible”, respondió Saúl. “Los filisteos me atacan, y Dios me ha abandonado. Ya no me responde, ni con profetas ni con sueños. Por eso te he llamado para que me digas qué hacer”.

Pidió consejo al Señor, pero éste no le respondió ni por sueños, ni por Urim, ni por profetas.

(Antiguamente, en Israel, alguien que iba a consultar a Dios decía: “Ven, vamos a ver al vidente”, porque a los profetas se les solía llamar videntes).




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