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Referencias Cruzadas
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Mateo 8:6

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“Señor, mi siervo está en casa, acostado y sin poder moverse. Está sufriendo una terrible agonía”.

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12 Referencias Cruzadas  

Entonces comenzó a difundirse la noticia acerca de él por toda la provincia de Siria. La gente traía delante de él a todos los que estaban enfermos: personas afligidas por todo tipo de enfermedades, personas poseídas por demonios, enfermos mentales, paralíticos, y él los sanaba a todos.

“Iré y lo sanaré”, respondió Jesús.

Allí le trajeron a un hombre paralítico acostado en una estera. Cuando Jesús vio cuánto confiaban en él, le dijo al paralítico: “¡Anímate, amigo mío! Tus pecados están perdonados”.

Y cuando el ángel se fue, Cornelio llamó a dos de sus siervos y a un soldado de su guardia personal, quien era un hombre devoto.

Y muchos fueron liberados de posesión de espíritus malignos que gritaban al salir, y muchos que estaban cojos o discapacitados fueron sanados.

Allí conoció a un hombre llamado Eneas, quien era paralítico y había quedado confinado a estar en su cama desde hacía ocho años.

En esta nueva situación no hay griego ni judío, no hay circuncisos o incircuncisos, extranjeros, bárbaros, esclavos o libres, pues Cristo es todo, y él vive en todos nosotros.

Ustedes, amos, traten a sus siervos de manera recta y justa, reconociendo que ustedes también tienen un Amo en el cielo.

Los esclavos que tienen amos cristianos no deben irrespetarlos porque son hermanos. Por el contrario, deberían servirles aún mejor, porque los que se están beneficiando de su servicio son hermanos creyentes a quienes deben amar. Enséñales a las personas estas instrucciones, y anímalas a seguirlas.

Ya no es más un siervo, porque es más que un siervo. Es un hermano especialmente amado, principalmente para mí, e incluso más para ustedes, tanto como persona y también como hermano creyente en el Señor.




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