“¿Por qué tienen tanto miedo? ¿Por qué tienen tan poca confianza?” les preguntó Jesús. Entonces se levantó y ordenó a los vientos y las olas que se detuvieran. Y todo quedó completamente en calma.
¿Dónde está el que levantó la mano derecha de Moisés y utilizó su asombroso poder para dividir el mar delante de ellos, dándole una reputación tan maravillosa y duradera?
¿Quemaste los ríos con tu ira, Señor? ¿Estabas enojado con los ríos? ¿Estabas furioso con el mar cuando montaste tus caballos y carruajes de salvación?
Pero Jesús sabía lo que ellos estaban diciendo y les dijo: “¡Ustedes confían muy poco en mi! ¿Por qué están discutiendo entre ustedes por no tener pan?
hol“Porque ustedes no creen lo suficiente”, les dijo Jesús. “Les digo que aún si la confianza de ustedes fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, ustedes podrían decir a esta montaña ‘muévete de aquí para allá,’ y esta se movería. Nada sería imposible para ustedes”.
De modo que si Dios decora los campos así, la hierba que está hoy aquí y que mañana es lanzada al fuego, ¿no hará mucho más por ustedes que son personas que creen tan poco?
Jesús lo interrumpió, diciendo: “¡Cállate!” Entonces le ordenó al demonio: “¡Sal de él!” Y lanzándolo al piso delante de ellos, el demonio salió del hombre sin hacerle daño.