David salió a recibirlos y les dijo: “Si han venido en son de paz para ayudarme, podemos ser amigos. Pero si han venido a entregarme a mis enemigos, aunque no he hecho nada malo, que el Dios de nuestros padres vea lo que hacen y los condene”.
a fin de que ustedes lleguen a ser hijos del Padre celestial. Porque su sol sale sobre buenos y malos; y él hace que la lluvia caiga sobre aquellos que hacen el bien y también sobre los que hacen el mal.
No. Amen a sus enemigos, háganles el bien, y presten sin esperar que les paguen. Entonces recibirán una gran recompensa, y ustedes serán los hijos del Altísimo, porque él es bueno con los ingratos y los malvados.
Al día siguiente, cuando llegó, dos israelitas estaban peleando. Entonces trató de hacerlos reconciliar para que dejaran de pelear. ‘¡Señores! ¡Ustedes son hermanos!’ les dijo. ‘¿Por qué se atacan el uno al otro?’
Finalmente, hermanos y hermanas, me despido. Sigan mejorando espiritualmente. Anímense unos a otros. Estén en armonía. Vivan en paz, y que el Dios de amor y paz esté con ustedes.
Sean pacientes unos con otros, perdonen a otros entre ustedes si hay algún agravio de uno contra otro. Así como el Señor los perdonó a ustedes, hagan lo mismo.