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Referencias Cruzadas
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Mateo 3:7

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Pero cuando Juan vio que muchos de los fariseos y saduceos venían a ser bautizados, les dijo: “¡Camada de víboras! ¿Quién les advirtió que huyeran del juicio que vendrá?

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49 Referencias Cruzadas  

Me aseguraré de que tú y tus hijos, así como la mujer y sus hijos sean enemigos. Uno de sus hijos aplastará tu cabeza, y tú herirás su talón”.

Los que rechazan la ley alaban a los malvados, pero los que guardan la ley luchan contra ellos.

Incuban huevos de víbora y tejen una tela de araña. Si te comes sus huevos, morirás; si aplastas sus huevos, sólo nacerán serpientes.

¡Escapen de Babilonia! ¡Huyan por sus vidas! No se dejen atrapar por su castigo para que no mueran, porque este es el momento en que el Señor le pagará por sus pecados.

¿A quién puedo dar esta advertencia? ¿Quién va a escucharme? ¿No ves que se niegan a escuchar? No pueden escuchar lo que estoy diciendo. Vean lo ofensivo que es el mensaje del Señor para ellos. No les gusta en absoluto.

Pero cuando los Fariseos escucharon esto, respondieron: “¡Este hombre solo puede echar fuera demonios mediante el poder de Belcebú, el jefe de los demonios!”

¡Cría de víboras! ¿Cómo pueden ustedes decir algo bueno siendo malos? Pues la boca de ustedes solo dice lo que pasa por sus mentes.

Entonces los discípulos de Jesús vinieron a él y le dijeron: “Ciertamente te das cuenta de que los Fariseos se ofendieron por lo que dijiste”.

Los Fariseos y los Saduceos vinieron para probar a Jesús, exigiéndole que les mostrara una señal del cielo.

“Cuídense de la levadura de los Fariseos y los Saduceos”, les dijo Jesús.

Entonces los Fariseos se fueron de allí y se reunieron para conspirar la manera en que podrían atraparlo por las cosas que decía.

Más tarde, ese mismo día, vinieron unos Saduceos a verlo. (Los saduceos son los que dicen que no hay resurrección).

Cuando los Fariseos oyeron que Jesús había dejado sin palabras a los Saduceos, se reunieron y fueron a hacerle más preguntas.

Serpientes, camada de víboras, ¿cómo escaparán del juicio de Gehena?

Les digo que a menos que la justicia de ustedes no sea mayor que la justicia de los maestros religiosos y de los Fariseos, no podrán entrar nunca al reino de los cielos.

Luego le enviaron a unos Fariseos y a otros que estaban a favor de Herodes para tratar de atraparlo en las cosas que decía.

Entonces los Saduceos, quienes no creen en la resurrección, vinieron también y le hicieron una pregunta:

“¡Estén alerta y cuídense de la levadura de los Fariseos y de Herodes!” les advirtió.

Los Fariseos, que amaban el dinero, oyeron lo que Jesús dijo y se burlaron de él.

El Fariseo estaba en pie y oraba, diciendo: ‘Dios, te agradezco porque no soy como otras personas, como los ladrones o criminales, adúlteros, o incluso como este recaudador de impuestos.

Pero los Fariseos y los maestros religiosos rechazaban lo que Dios quería que hicieran, porque se habían negado a ser bautizados por Juan.

Los sacerdotes y los Levitas enviados por los Fariseos

El padre de ustedes es el Diablo, y ustedes aman seguir los deseos malos de él. Él fue un asesino desde el principio. Nunca estuvo de parte de la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando él miente, revela su verdadero carácter, porque él es un mentiroso y padre de mentiras.

Algunos Fariseos que estaban allí con Jesús le preguntaron: “Nosotros no somos ciegos también, ¿o sí?”

Pero sufrieron oposición de parte de algunos de los creyentes que pertenecían a la división de los Fariseos. Ellos decían: “Estos conversos tienen que circuncidarse e instruirse para que observen la ley de Moisés”.

¡Así que estén atentos! No olviden que durante tres años los instruí de día y de noche, a menudo con lágrimas.

Me han conocido por mucho tiempo y pueden verificar, si eligen hacerlo, que he seguido la escuela religiosa que observa nuestra fe, de la manera más estricta. Pues vivía como Fariseo.

No obstante, el sumo sacerdote y los que estaban con él (que eran Saduceos) estaban muy celosos y decidieron intervenir.

La hostilidad de Dios se revela dese el cielo contra aquellos que son impíos e injustos, contra aquellos que sofocan la verdad con sus malas obras.

Ahora que somos justificados por su muerte, podemos estar totalmente seguros de que él nos salvará del juicio que viene.

mientras aguardan la venida de su Hijo, Jesús, al que Dios levantó de los muertos, y quien nos salvará del juicio que está por venir.

Noé creyó en Dios, y él mismo le advirtió sobre cosas que nunca antes habían sucedido. Y como Noé atendió lo que Dios le dijo, construyó un arca para salvar a su familia. Y por fe en Dios, Noé mostró que el mundo estaba equivocado, y recibió la recompensa de ser justificado por Dios.

De modo que por estas dos acciones que no pueden cambiarse, y, como Dios no puede mentir, podemos tener plena confianza en que al huir buscando seguridad, podemos aferrarnos de la esperanza que Dios nos presentó.

Así es como podemos distinguir a los hijos de Dios y los hijos del diablo: todos aquellos que no obran con justicia, no pertenecen a Dios, ni aquellos que no aman a sus hermanos cristianos.




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