Mateo 27:2

Versión Biblia Libre

Lo ataron, se lo llevaron y se lo enviaron a Pilato, el gobernador.

Referencias Cruzadas

Génesis 22:9

Cuando llegaron al lugar que Dios les había mostrado, Abraham construyó un altar y puso sobre él la leña. Entonces amarró a su hijo Isaac y lo puso sobe el altar sobre la madera.

Mateo 20:19

y lo entregarán a los gentiles para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen. Pero el tercer día será levantado de entre los muertos”.

Mateo 28:14

“Y si el gobernador llega a saber de esto, nosotros hablaremos con él y ustedes no tendrán que preocuparse”.

Lucas 13:1

Fue aproximadamente en esos días que algunas personas le contaron a Jesús que Pilato había asesinado a unos galileos mientras estos ofrecían sacrificios en el Templo.

Lucas 20:20

Así que esperando la oportunidad, enviaron espías que se hicieron pasar por hombres sinceros. Ellos trataban de sorprender a Jesús diciendo algo que les permitiera entregarlo al poder y autoridad del gobernador.

Lucas 23:1

Y todo el concilio lo llevó donde Pilato.

Lucas 23:12

Desde ese día Herodes y Pilato se volvieron amigos, pues antes de ese día habían sido enemigos.

Lucas 3:1

Para este tiempo Tiberio había sido el César durante quince años. Y Poncio Pilato era el gobernador de Judea. Herodes gobernaba Galilea, su hermano Felipe gobernaba Iturea y Tacronite, y Lisanio gobernaba Abilinia.

Juan 18:12

Entonces los soldados, su comandante y los guardias judíos arrestaron a Jesús y ataron sus manos.

Juan 18:24

Anás lo envió, con las manos atadas, ante Caifás, el Sumo sacerdote.

Juan 18:28

Temprano en la mañana, llevaron a Jesús de donde Caifás hasta el palacio del gobernador romano. Los líderes judíos no entraron al palacio, porque si lo hacían se contaminarían ceremonialmente, y ellos querían estar aptos para comer la Pascua.

Hechos 12:6

La noche antes de que Herodes lo llevara a juicio, Pedro estaba durmiendo entre dos soldados, encadenado a cada uno de ellos, y había guardas que vigilaban la puerta.

Hechos 21:33

Entonces el comandante llegó y arrestó a Pablo, ordenando que lo ataran con dos cadenas. Entonces preguntó quién era él y qué había hecho.

Hechos 22:25

Al extenderlo y atarlo para darle los azotes, Pablo le preguntó al centurión que estaba allí: “¿Es legal azotar a un ciudadano romano que no ha sido llevado a juicio?”

Hechos 22:29

Entonces los que estaban a punto de interrogar a Pablo se fueron de inmediato. Y el comandante estaba preocupado porque le había puesto cadenas.

Hechos 24:27

Pasaron dos años y Félix fue sucedido por Porcio Festo. Pero para mantener el favor de los judíos, Félix dejó a Pablo en la cárcel.

Hechos 28:20

Es por eso que pedí verlos y hablar con ustedes, porque es por la esperanza de Israel que estoy encadenado de esta manera”.

Hechos 3:13

El Dios de Abraham, Isaac, y Jacob—el Dios de nuestros antepasados—ha glorificado a Jesús, su siervo. Él fue al que ustedes traicionaron y rechazaron en presencia de Pilato, incluso después de que Pilato había decidido soltarlo.

Hechos 4:27

“¡Ahora esto en verdad ha sucedido aquí, en esta misma ciudad! Tanto Herodes como Poncio Pilato, junto con los extranjeros y el pueblo de Israel, unidos todos contra el Santo, tu santo siervo Jesús, a quien tú ungiste como Mesías.

Hechos 9:2

y solicitó cartas de autorización para ir a las sinagogas de Damasco, y para tener permiso de arrestar a todos los creyentes que encontrara en El Camino, hombres o mujeres, y traerlos de regreso a Jerusalén como prisioneros.

1 Timoteo 6:13

Mi encargo hacia ti, delante de Dios, el Dador de la vida, y delante de Cristo Jesús, quien dio testimonio de la buena nueva ante Poncio Pilato,

2 Timoteo 2:9

y estoy sufriendo en la cárcel como si fuese un criminal, pero la palabra de Dios no está en una cárcel.

Hebreos 13:3

Acuérdense de los que están en la cárcel, como si ustedes estuvieran presos con ellos. Acuérdense de aquellos que son maltratados, como si ustedes sufrieran físicamente con ellos.

Jueces 15:12

“Pues bien, hemos venido a tomarte prisionero y a entregarte a los filisteos”, le dijeron. “Sólo júrenme que no me van a matar ustedes”, respondió Sansón.