Aunque una décima parte de la población permanezca en la tierra, ésta volverá a ser destruida. Pero de la misma manera que el terebinto y el roble dejan cepas cuando son cortados, así la semilla sagrada permanecerá como cepa”.
Yo reuniré a todas las naciones para que ataquen a Jerusalén. La ciudad será capturada, las casas saqueadas, y las mujeres serán violadas. La mitad de la población será llevada en exilio, pero el resto del pueblo no será quitado de la ciudad.
Con el toque de una trompeta él enviará a sus ángeles para reunir a sus escogidos de todas partes, desde un confín del cielo y de la tierra hasta el otro.
Pero incluso antes de que los niños nacieran, y antes de que hubieran hecho algo bueno o malo, (a fin de que pudiera continuar el propósito de Dios, demostrando que el llamado de Dios a las personas no está basado en la conducta humana),
A pesar de todo esto, estoy dispuesto a continuar por la causa del pueblo de Dios para que puedan recibir la salvación de Cristo Jesús, que es su gloria eterna.
Esta carta viene de Pedro, apóstol de Jesucristo, y es enviada al pueblo escogido de Dios: a los exiliados que están dispersos por todas las provincias de Ponto, Galacia, Capadocia, Asia, y Bitinia.