En ese momento el poder de Dios ayudaba a que el pueblo de Judá tuviera todos el mismo deseo de seguir las órdenes del rey y de sus funcionarios, tal como lo indicaba la palabra del Señor.
Si sigues mi consejo, y si es lo que Dios te dice que hagas, entonces podrás sobrevivir, y toda esta gente podrá volver a casa satisfecha de que sus casos han sido escuchados”.
Todos deben obedecer a las autoridades de gobierno, porque nadie tiene el poder de gobernar a menos que Dios se lo permita. Estas autoridades han sido puestas allí por Dios.
Escuchen, yo les he enseñado los preceptos y normas tal y como el Señor mi Dios me ordenó, para que puedan seguirlos en el país al que van a entrar y poseer.
e y escucha todo lo que el Señor nuestro Dios dice. Entonces podrás repetirnos todo lo que el Señor nuestro Dios ha dicho. Prometemos escuchar y obedecer”.