Entonces Jesús oró: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas de las mentes de los inteligentes y sabios. Por el contrario, las has revelado a personas comunes.
“¡Cuán duro será para aquellas que estén embarazadas o amamantando hijos en ese tiempo! Porque pronto viene la tribulación sobre la tierra y el castigo contra este pueblo.