Y les contó otro relato ilustrado: “El reino de los cielos es como la levadura que una mujer mezcló con una gran cantidad de harina, hasta que toda la masa creció”.
“Pero ¿qué piensan de esta ilustración? Había una vez un hombre que tenía dos hijos. Entonces fue donde el primer hijo y le dijo: ‘Hijo, ve y trabaja en la viña hoy’,
¡Oh Jerusalén, Jerusalén, tu matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! Tantas veces he querido reunir a tus hijos así como una gallina reúne a sus polluelos bajo sus alas, pero no me dejaste.
Es como un hombre que se fue de viaje. Se fue de la casa y le dio autoridad a cada uno de sus sirvientes para hacer lo que él les había dicho. Pero al portero le dijo que se mantuviera despierto.
Así que, mis queridos hermanos y hermanas: sean fuertes, permanezcan firmes, haciendo todo lo que puedan por la obra del Señor, pues saben que ninguna cosa que hagan por él es en vano.
provea todo lo bueno para ustedes a fin de que puedan cumplir su voluntad. Que obre en nosotros, haciendo su voluntad, por medio de Jesucristo, a él sea la gloria por siempre y para siempre. Amén.