Pero cualquiera que hace pecar a uno de estos niños que cree en mí, sería mejor que atase a su cuello una piedra de moler y se lance a las profundidades del mar.
¡Levántate, espada mía! ¡Ataca a mi pastor, al hombre que ha estado junto a mi! declara el Señor. Golpea al pastor y las ovejas serán dispersas, y yo levantaré mi mano contra los corderos.
Porque esto es lo que dice el Señor Todopoderoso: Después, el glorioso Señor me envió contra las naciones que te sitiaron. Porque los que te tocan, es como si tocaran la luz de sus ojos.
Pero para no ofender a nadie, ve al lago y saca un pez con un anzuelo. Saca el primer pez que atrapes, y cuando abras su boca encontrarás una moneda estatera. Toma la moneda y paga por ti y por mi”.
“Pero si cualquiera conduce a uno de estos pequeños que creen en mí, a pecar, mejor sería que fuera lanzado al mar con una piedra de molino atada en su cuello.