“Mi pueblo está muriendo porque no me conoce. Y como se niegan a conocerme, yo los aborrezco a ustedes como mis sacerdotes. Así como han olvidado mis enseñanzas, yo me olvidaré de sus hijos.
Toda mujer cristiana que tenga viudas en la familia debe ayudarlas, para que la iglesia no reciba la carga de tal responsabilidad y pueda ayudar a las viudas que realmente están en necesidad.