“Pues Dios dijo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’, y ‘Cualquiera que maldice a su padre o a su madre debe ser condenado a muerte’.
“Honra a tu padre y a tu madre, para que vivas mucho tiempo en la tierra que el Señor tu Dios te da.
“Cualquiera que desprecie a su padre o a su madre debe ser ejecutado.
Todo aquél que maldice a su padre o a su madre apaga su luz y terminará en oscuridad absoluta.
Presta atención a tu padre, y no rechaces a mu madre cuando sea vieja.
Los que ridiculizan a sus padres y desprecian la obediencia a la madre, los cuervos les sacarán los ojos y serán comidos por buitres jóvenes.
¡Vayan y examinen la ley de Dios y sus instrucciones! Si lo que dicen no corresponde con la palabra de Dios, no habrá amanecer para ellos.
“Muestra respeto por tu madre y tu padre y guarda mis sábados. Yo soy el Señor tu Dios.
“Cualquiera que maldiga a su padre o madre debe ser ejecutado. Han maldecido a su padre o madre; ellos son los responsables de su castigo.
“¿Por qué ustedes quebrantan el mandamiento por causa de su tradición?” respondió Jesús.
Pero ustedes dicen que si alguno le dice su padre o a su madre ‘todo lo que yo deba darles a ustedes ahora lo doy como ofrenda a Dios,’ entonces
honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo”, respondió Jesús.
“¡Vete de aquí Satanás!” dijo Jesús. “Tal como dicen las Escrituras: ‘Adorarás al Señor tu Dios y le servirás solo a Él’”.
¿Significa eso que por creer en Dios desechamos de la ley? ¡Por supuesto que no! De hecho, afirmamos la importancia de la ley.
Hijos, hagan lo que sus padres les dicen, porque esto es lo correcto.
“¡Maldito sea el que deshonre a su padre o a su madre”. Todos dicen: “¡Amén!”
Honra a tu padre y a tu madre, como te ha ordenado el Señor tu Dios, para que vivas mucho tiempo y te vaya bien en la tierra que el Señor tu Dios te da.