“No den a los perros lo que es santo. No tiren sus perlas a los cerdos. Así los cerdos no las pisotearán, y los perros no vendrán a atacarlos a ustedes.
Ellos son mis hermanos de raza, los israelitas, el pueblo escogido de Dios. Dios les reveló su gloria e hizo tratados con ellos, dándoles la ley, el verdadero culto, y sus promesas.
que una vez no tenían relación con Cristo. Ustedes estaban excluidos como extranjeros de ser ciudadanos de Israel, extraños respecto al pacto que Dios había prometido. No tenían esperanza y vivían en el mundo sin Dios.
“Los que están fuera de la ciudad son perros, así como los que practican brujería, inmoralidad sexual, asesinato, idolatría, y los que inventan y aman la mentira.