El Señor los entregó a los israelitas, que los redujeron y los persiguieron hasta la Gran Sidón y Misrefot Maim, y al este hasta el valle de Mizpa, matándolos hasta que no quedó ninguno.
Y todos los que viven en la región montañosa desde el Líbano hasta Misrefot Maim, incluyendo toda la tierra de los sidonios. “Yo mismo los expulsaré delante de los israelitas. Sólo asigna la tierra a Israel para que la posea, como te he ordenado.