Pero lo que sale de la boca viene de la mente, y eso es lo que los contamina.
Cualquier cosa que dicen es deshonesta y engañosa. Nunca actúan con sabiduría ni hacen el bien.
Los que hacen el bien saben decir lo correcto, pero los malvados siempre mienten.
Las palabras de los sabios despertarán interés por el conocimiento; pero los necios hablarán sin sentido.
Los justos piensan en la mejor forma de responder a una pregunta, pero los tontos hablan con maldad.
Por encima de todas las cosas, protege tu mente, pues todo en la vida procede de ella.
Los rebeldes y malvados andan por ahí diciendo mentiras,
¡Cría de víboras! ¿Cómo pueden ustedes decir algo bueno siendo malos? Pues la boca de ustedes solo dice lo que pasa por sus mentes.
No es lo que entra por la boca lo que los contamina, sino lo que sale de ella”.
“¿No ven que todo lo que entra a la boca pasa por el estómago y luego sale del cuerpo como un desperdicio?
“Lo que sale de ustedes es lo que los hace impuros.
“‘Te juzgaré por tus propias palabras,’ respondió el rey. ‘Sabes que soy un hombre duro, “que tomo lo que no me pertenece, y cosecho lo que no sembré”.
Como dice el viejo refrán: ‘Del malvado salen actos malvados’, pero yo nunca trataré de hacerte daño.