Midió otros mil codos, pero éste era un río que no podía cruzar. El agua había subido tanto que se podía nadar en ella. Era un río que no se podía cruzar a pie.
hol“Porque ustedes no creen lo suficiente”, les dijo Jesús. “Les digo que aún si la confianza de ustedes fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, ustedes podrían decir a esta montaña ‘muévete de aquí para allá,’ y esta se movería. Nada sería imposible para ustedes”.
El señor respondió: “Incluso si su fe fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, ustedes podrían decirle a este árbol de mora: ‘Desentiérrate y plántate en el mar,’ y los obedecería.
Mientras aún estaban atentos a esto, Jesús les contó un relato, porque ya estaban cerca de Jerusalén y la gente pensaba que el reino de Dios iba a ser una realidad inmediata.
Luego comenzó a contarle un relato a las personas: “Había una vez un hombre que sembró una viña, la arrendó a unos granjeros y se fue a vivir a otro país por un largo tiempo.