Cuando el trigo creció y produjo espigas, la maleza también creció.
La semilla brotó y creció hasta convertirse en una vid baja y extendida, con sus ramas orientadas hacia él, y sus raíces se hundieron en el suelo. Así se desarrolló la vid, creciendo hojas y ramas.
Pero mientras sus trabajadores dormían, llegó un enemigo y sembró maleza encima del trigo. Y se fueron.
Los trabajadores del granjero vinieron a preguntarle: ‘Señor, ¿acaso no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde salió esta maleza?’