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Referencias Cruzadas

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Mateo 12:25

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Pero sabiendo lo que ellos estaban pensando, Jesús les dijo: “Cualquier reino que está dividido contra sí mismo, será destruido. Ninguna ciudad que está dividida contra sí misma puede permanecer.

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18 Referencias Cruzadas  

Después de esto el pueblo de Israel se dividió. La mitad apoyaba a Tibni, hijo de Ginat, como rey, mientras que la otra mitad apoyaba a Omri.

Sabes cuándo me siento, y cuándo me levanto. Conoces mis pensamientos, aún cuando me encuentro a la distancia.

Manasés destruye a Efraín, y Efraín destruye a Manasés. Juntos se vuelven para destruir a Judá. En todo esto él sigue enojado y su mano sigue alzada.

Pero yo, el Señor, veo lo que la gente piensa. Examino sus mentes, para poder recompensarlas según sus actitudes y su forma de comportarse.

Él fue quien hizo las montañas, quien creó el viento, quien reveló sus pensamientos a la humanidad, quien convirtió el sol en oscuridad, quien camina en los lugares altos de la tierra. ¡El Señor, Dios de poder es su nombre!

Pero Jesús sabía lo que ellos estaban pensando. Entonces les preguntó: “¿Por qué tienen pensamientos malvados en sus corazones?

Jesús supo inmediatamente lo que ellos estaban pensando. Entonces les dijo: “¿Por qué piensan así?

“Cuida de mis ovejas”, le dijo Jesús. “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?” le preguntó por tercera vez. Pedro estaba triste de que Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si él lo amaba. “Señor, tú lo sabes todo. Tú sabes que te amo”, le dijo Pedro. “Cuida de mis ovejas”, dijo Jesús.

¿Quién conoce los pensamientos de alguien si no es la misma persona que los tiene? Del mismo modo, nadie conoce los pensamientos de Dios excepto el Espíritu de Dios.

Pero si se atacan y se destruyen unos a otros, cuídense de no destruirse ustedes mismos por completo.

No hay ser vivo que esté oculto de su vista; todo está expuesto y es visible ante aquél a quien hemos de rendirle cuentas.

La gran ciudad fue dividida en tres. Las ciudades de las naciones quedaron destruidas. Y se recordó, en presencia de Dios, que Babilonia, la grande, debía recibir la copa llena con el vino de su hostilidad.

Yo enviaré a muerte a sus hijos. Entonces todas las iglesias sabrán que yo soy el que examina los pensamientos y las motivaciones. Yo recompensaré a cada uno conforme a sus obras.




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